Esta historia la escribi hace mucho, espero que les gusta jajaj
Opinen por favor
Hace unas semanas que estoy investigando un extraño caso: Estaba en una fiesta que realizaba la señora Anshela Bomh en su lujosa mansión. La habitación donde nos encontrábamos era digna de admiración, las paredes de aquella sala estaban adornadas con fotos y pinturas muy hermosas, también en el fondo de la habitación se podía observar un gran ventanal que daba al jardín trasero. En el balcón estaba la señora Bomh apoyada sobre la barandilla observando las estrellas, ella lucía un lindo vestido color crema y un hermoso y muy deslumbrante collar de diamantes. Me voltee para buscar y saludar a un amigo cuando me tope con uno de los mozos que bajaba la gran escalera, me disculpé con aquel joven mientras él me miraba con una mirada profunda, lo ayude a levantar lo que se le había caído y seguí buscando a mi amigo, el señor Ferro.
Al cabo de varios minutos dando vueltas por aquella sala lo vi, allí estaba, sentado en una mesa conversando y bebiendo con unos compañeros, lo salude y él me los presentó.
– Ella es la señorita Vahans – dijo Ferro dirigiendo su mirada hacia una joven que no parecía tener un solo problema económico. – El es el señor Banders – Dijo señalando a un hombre que se notaba algo nervioso y por alguna extraña razón se diferenciaba del resto de los caballeros en esa fiesta – Y el… - Agrego Ferro – Es el señor Pier Carden, tal vez lo conozcas – Dijo Ferro con firmeza. -Es un muy conocido orfebre - .
- ¡Oh! – Exclame con admiración – Claro que sí, mucho gusto Pier – Así me presente y salude a todos los integrantes de esa mesa. Luego de la presentación tome asiento y empezamos a conversar, hablamos de política, fama, riqueza y de la señora Bomh, cada integrante de la mesa expresaba una opinión distinta sobre aquella señora, la señorita Vahans parecía una gran amiga de ella, mientras que el señor Banders expreso su disgusto hacia la señora y el señor Pier se noto un tanto asombrado al oír tales criticas hacia una figura tan rica y poderosa como lo era la señora Bomh, el también agrego que se había sorprendido al ver la cantidad de joyas y alhajas que poseía la señora. Los minutos pasaban y nosotros seguíamos bebiendo y conversando, los mozos iban y venían llevando y trayendo bebidas y comidas.
El reloj dio las 12 y un grupo de mozos entró de golpe a la sala acompañados por una gran mesa que sostenía un banquete que iba desde un jugoso cerdo hasta unas deliciosas frutillas con crema. En ese momento se oyó el golpear de un cristal, cuando gire mi cabeza para ver de dónde provenía ese sonido vi a la señora Bomh al final de la escalera sosteniendo una copa, mientras bajaba delicadamente la escalera agradeció la presencia de cada uno de nosotros en esa fiesta. Al llegar a los pies de esa magnifica escalera la señora Bomh exclamó:
– Gracias a todos por estar acompañándome en esta fiesta, espero que la estén pasando bien y que disfruten su comida – En ese momento se hicieron cinco segundos de silencio seguidos de una explosión de aplausos.
La señora sonrió y dijo. -Bueno… ¡A comer! – No alcanzamos a levantarnos para servirnos que hubo un apagón, se oyeron gritos y pasos, también algo se rompió, no podía hacer nada, a ciegas lo único que me restaba por hacer era esperar a que vuelva la luz.
– ¡Todos mantengan la calma por favor! – Exclamó la señora Bomh tratando de tranquilizar a sus invitados. Al cabo de lo que yo sentí como unos minutos volvió la luz y las caras de asombro y terror de los invitados me fueron reveladas. La señora Bomh se disculpo por ese problema técnico en las luces, en eso mi amigo Ferro que estaba sentado junto a mí exclamó:
- ¡Su Collar! – Todos dirigieron su mirada hacia la señora Bomh y vieron su cuello desnudo y sin alhajas como no acostumbraba estar:
- ¡Me han robado! – Gritó la señora con una expresión de disgusto y enojo hacia sus invitados. Las caras de asombro y terror de los invitados fue cambiando hasta transformarse en gestos de desconfianza mientras se miraban entre si.
El personal de seguridad se encargo de cerrar todas las salidas evitando que entre o salga gente de la mansión.
- ¡Nadie sale de aquí hasta que no aparezca el collar!-
Exclamo un guardia de los que custodiaba la puerta, todos empezaron a murmurar y a reclamar el derecho que tenían de retirarse de aquella mansión. La señora Bomh reconoció que se hacía tarde y que sus invitados debían retirarse ya que al otro día debían trabajar.
- ¡LO QUE HAREMOS SERA LO SIGUIENTE…!-agregó la señora.-formaran una fila india frente a la puerta principal y saldrán ¡uno por uno! Dejando que el guardia los palpe, solo para asegurarme- exclamó firmemente la señora, todos quedaron atónitos al oír el tono y al ver la expresión con la que la señora Bomh se dirigió hacia ellos.
Poco a poco todos fueron pasando por esa puerta, cada vez que se acercaba el turno de alguien, este se notaba nervioso. Los guardias llevaban a esa persona a una sala a parte donde inspeccionaban sus pertenencias con el fin de encontrar el collar desaparecido. Por fin llego mi turno… mis piernas temblaban incontrolablemente, los guardias me miraban de reojo mientras me llevaban a un sala pequeña donde solo había una silla, una mesa y una gran luz que solo alumbraba la zona de la mesa donde estaba sentado un guardia que me hizo una serie de preguntas y a su lado había otro guardia con una lapicera y un conjunto de hojas de papel donde anotaba cada una de mis respuestas… Fui respondiendo todas las preguntas una por una…
Por lo visto no resulté ser uno de los sospechosos porque estuve un corto tiempo dentro de aquella sala, antes de irme saludé a mi amigo Ferro, el cual aún seguía en la fila, y también salude a la señora Bomh…
Finalmente me retire de aquella mansión, me subí a mi auto y recosté mi cabeza sobre el respaldar del asiento y espere a que salieran todos los invitados. Luego de que salieron todos, la señora Bomh salió a la vereda…al verme se notó algo sorprendida ya que eran las 3:00 AM y yo aún seguía en su propiedad. Puse mi auto en marcha y emprendí mi vuelta a casa, en el camino la intriga de quien había robado el collar no me dejaba de dar vueltas en la cabeza, ¿quién sería tan audaz como para robarle a alguien con tanto poder?. En mi opinión esa sería una acción estúpida.
Al llegar a mi casa, me recosté en mi sillón y empecé a analizar a cada uno de los invitados, mi cabeza no paraba de dar vueltas… finalmente el sueño me venció y me quede dormido en el sillón.
Al otro día me desperté a las 10:00 AM para ir a la oficina, me tomé un café y mi cabeza empezó a dar vueltas nuevamente, este caso me resultaba extraño y por lo tanto no podía dejar de pensar en él. Salí de mi casa, y en mi auto fui a la oficina. Al llegar me senté delante de una computadora y empecé a investigar todo lo que pudiera sobre collares, diamantes, la señora Bomh… ¡todo! Cada vez que descubría algo nuevo el caso se me hacía aún más extraño… después de unos minutos alguien me sujetó el hombro y con una vos tenue me preguntó:
- ¿En que estabas pensando?- Voltee para ver de quien provenía esa vos y vi a mi jefe, el señor Johns,
- ¿A qué se debe su pregunta?-
-No te hagas el tonto y responde mi pregunta- Me dijo mi jefe con un tono algo disgustado. Me quede mirándolo sin saber que decirle…–Ayer a las 5:00 AM aproximadamente la señora Bomh le declaro a los diarios que creía que usted había robado su collar-, mi cara de asombro ante esa noticia fue increíble.-L-le… ¡le juro que yo no fui!- dije desesperadamente.
-Eso no me lo debes aclarar a mí, aclarécelo a los diarios antes de que la noticia se difunda aún más-, mi jefe estaba en lo cierto, si esta noticia se difundía los problemas que me podría causar serian fatales.
Mi turno terminaba a las 3:00 Pm… el tiempo se pasaba cada vez más lentamente…
Finalmente las 3:00 Pm llegaron, junté todos mis papeles y trabajos lo más rápido que pude. Fui a mi casa a llamar al diario para aclarar las cosas, cuando estacioné en la calle frente a mi casa el escenario fue realmente atemorizante, toda mi casa estaba llena de periodistas y policías, no me atreví a bajar del auto. Como mi casa estaba llena de gente que no estaba dispuesta a escucharme me dirigí hacia la mansión de la señora Bomh, al llegar toque el timbre y me abrió la puerta un guardia que me intimidó un poco.-¿Qué quiere?-Pregunto el guardia con un tono alto y firme.-Quisiera ver a la señora Bomh- respondí. El guardia me miro de pies a cabeza y me hiso pasar, él me llevo al jardín trasero donde estaba la señora tomando el té en una hermosa mesa de patio con una porcelana muy fina. Al verme la señora se quitó los lentes de sol y me invito a tomar el té con ella, -No gracias, vengo a hacerle una pregunta- le conteste –Oh!- exclamo la señora con un tono algo sarcástico – ¿se puede saber sobre qué se trata su pregunta?- me pregunto mientras me miraba con los parpados entrecerrados y las cejas arqueadas,
- ¿A qué se debe sus sospecha?- le pregunte mientras me sentaba en una silla, como preparándome para escuchar una gran historia –tengo mis razones…- respondió vagamente la señora –puede retirarse…- agrego sorpresivamente. Insistí para que me contara sus razones pero el guardia que tenía a mi lado custodiándome con desconfianza me empujo hasta la salida y no pude decir nada… me retiré con la cabeza gacha y me fui a mi casa donde me encontré con un montón de periodistas ansiosos, todos me sacaban fotos y me preguntaban:
-¿Porque lo hiciste?-,-¿usted tiene problemas económicos?- Preguntas sin sentido para mí…. El caso se seguía investigando y yo no lograba comprender porque la señora Bomh desconfiaba de mí… Pasaban los meses y la locura me estaba invadiendo al saber que nadie aclaraba mi inocencia.
Un día mientras estaba ordenando unos papeles en mi escritorio alguien me tiró una carta por debajo de la puerta, lentamente me levante de mi silla y la recogí. Esta no poseía remitente, la abrí y me encontré con una hoja llena de letras escritas a mano, un tanto desprolijas pero legibles… me senté en mi silla y empecé a leer. La carta era dirigida hacia mí de parte de un caballero que se hacía llamar Jonathan Bomh, él decía ser el hermano de la señora Bomh y también creía saber la razón por la cual ella desconfiaba de mí. El señor Jonathan Bomh me pidió si podíamos encontrarnos para conversar sobre este tema, me pidió encontrarnos en su casa que quedaba en la calle Florida 1956. Al día siguiente a las 10:00 AM me vestí rápidamente y me dirigí a la casa de Jonathan.
Era una morada humilde, sin vestigios de ser una casa hermosa y tan elegante como la de la señora Bomh.
Toqué la puerta. TOC….TOC…TOC. Con suaves y tímidos golpes en la madera. Un hombre salió a recibirme.
Tan maltrecho como moribundo, el hombre con la piel avejentada y arrugada por los años, parecía que le costara mantenerse de pie.
-Pase, por favor.-
El salón principal estaba totalmente descuidado. La pintura salía de las paredes, el suelo cubierto de tierra y las lámparas con la luz atenuada debido a la delgada capa de polvo que había en ellas. Me ofreció amablemente una taza de té, luego de dirigirnos hacia uno de los sofás.
-Usted debe saber toda la historia- dijo con voz suave. – Todo tiene sus comienzos al morir nuestra madre.
-< Cuando mi madre murió en Inglaterra, nuestra pequeña familia quedo totalmente devastada. Ella habría sido una mujer amable y respetada por todos nosotros…en fin. Poseía una gran herencia en su haber, la cual compartiríamos con mi hermana si algo le sucedía.
Mi hermana siempre fue codiciosa, sacaba provecho de quien fuese. Cuando supo de la herencia quiso tenerla total y absolutamente en su poder.>-
Suspiré cansadamente. Necesitaba más datos si quería resolver el caso. Entonces se me ocurrió. Un análisis completo de ADN. Jonathan podría ser un impostor que quisiera hacerse pasar por el verdadero hermano de la señora Bomh. Si esto fuese acertado, la resolución del caso sería algo improbable.
-Señor, creo que lo más apropiado seria un análisis de ADN.- Jonathan abrió los ojos desmesuradamente. Abrió la boca como para decir algo pero luego…. la cerró en silencio.
-Como usted quiera.-Agrego Jonathan
Ambos fuimos al hospital y tras unos segundos y la extracción de sangre llevamos las muestras al centro científico.
La señora Bomh también concurrió a hacerse los análisis con su supuesto hermano, el señor Jonathan.
-Jonathan.- dijo a modo de saludo con una voz cortante y superior.
-Anshela.-
Los estudios tardaron más de lo esperado. Junto con la señora Bomh y Jonathan estábamos en la sala de espera, las miradas se cruzaban de vez en cuando, pero estas no duraban más de unos pocos segundos. Finalmente, se abrió la puerta y de ella salió un científico con una bata blanca y unos papeles que se apoyaban sobre una madera los cuales miraba con admiración. Luego de unos segundos mientras mirábamos todos con asombro al doctor, el cual estaba parado mirando los papeles, el exclamo:
-Bueno…- moviendo ligeramente la cabeza de lado a lado, mientras miraba los papeles con las cejas arqueadas.
-Los resultados han llegado-, dijo el doctor mientras me miraba con una mirada algo extraña -¿Puedo hablar con usted en privado?- Me pregunto sorpresivamente
-¡Oh! Claro…-, exclame con asombro. El me llevo a una sala a parte donde me dijo que la señora Bomh era hermana del señor Jonathan y que lamentablemente ella padecía de una extraña enfermedad que los científicos habían denominado como el síndrome de “Prader-willi”. Él me explicó que esta enfermedad era hereditaria, que en algunos casos pasaba inadvertida y que era un trastorno mental, el cual hacia que la persona que lo padeciera se sienta inferior ante cualquiera, el enfermo quiere hacerse notar, llamar la atención y están dispuestos a hacer lo que sea para lograrlo.
El doctor cayó y clavo la mirada en mí, yo asombrado no pude emitir sonido alguno ante tal noticia, me senté en una silla del hospital y me agarre la cabeza con las manos, el doctor me dio una palmada en la espalda y me dijo a modo de consuelo:
-Tranquilícese por favor, esta enfermedad es extraña, pero se puede tratar con una serie de medicamentos y tratamientos especiales…-, levante mi cabeza y dije:
-Doctor… gracias…-, él me miro asombrado, pidiéndome explicaciones con la mirada, -hace varios meses que este caso me estaba volviendo loco, y ahora gracias a usted todo esto se ha terminado- le explique vagamente.
Salimos del hospital, nadie dijo una palabra en todo el camino, yo no estaba dispuesto a dar explicaciones sobre los resultados de los análisis, por eso fue que les entregue una copia a la señora Bomh y a Jonathan dentro de un sobre cerrado. Cada uno se retiró en su vehículo, al llegar a mi hogar, tome el teléfono y disque el número de un antiguo amigo que actualmente era uno de los abogados más importantes y respetados del país. Luego de explicarle la situación, le pregunte si me podía defender en un juicio al cual la señora Bomh me había citado.- ¡Oh!, claro que si- dijo mi amigo con un tono algo alegre –estoy seguro que ganaremos!- agrego,
-Gracias, nos veremos el 8 de Mayo en la corte a las 8:00 AM-, me despedí y colgué el teléfono.
Reuní todas las pistas, llame a todos los testigos y a todas las personas dispuestas a declarar.
El día 8 de Mayo llego, me vestí con mi mejor traje y metí toda la evidencia en mi maletín, al llegar a la corte mi amigo me estaba esperando en la puerta, lo salude y entramos la corte, nos sentamos en una mesa uno junto al otro, detrás nuestro se colocaron todas las personas que estaban a favor nuestro, a nuestra derecha, en otra meza se encontraba la señora Bomh junto con su abogado y detrás de ella se encontraban las personas que la apoyaban.
Uno de los guardias pidió silencio y exclamo: -Todos de pie para recibir al honorable juez Robert G. Martines-, todos se levantaron y entro a la sala un hombre que aparentaba unos cincuenta años de edad, este subió una pequeña escalera y se colocó en una silla que se elevaba delante de nosotros, golpeo con un martillo de madera la meza y exclamo: -Que en piense la sesión!- El juez Robert nos miró a la señora Bomh y a mí y dijo: -Muy bien… señora Bomh, puede empezar-, ella dijo que estaba segura de averme visto tomando su collar de su propia habitación –¿puede probarlo?- pregunto el juez –em… e… pues no…- dijo la señora Bomh, el juez la miro sorprendido y le dijo: -Muy bien puede sentarse…-.Ahora me tocaba a mí, mostré todas mis pruebas e hice declarar a el hermano de la señora Bomh, al doctor responsable de los análisis de ADN… a todos. Luego de varias horas el juez golpeo la meza con el martillo y dijo: -Fallo a favor del acusado-, gane el caso.
Luego de unos días me llega una carta informándome que luego del juicio se había conseguido una orden que permitía revisar la mansión de la señora Bomh, al hacerlo se encontró el collar desaparecido dentro de un armario de su habitación.
Se reconoció que la señora Bomh padecía de una enfermedad y por lo tanto no se la podía arrestar, sino que se la debía internar en un lugar que trate su enfermedad. Para hacerlo se utilizó una parte de la herencia que le correspondía a la señora.
Otro caso más resuelto por mí, luego de esto yo me hice muy famoso y varios escritores redactaban extensos y bellos libros sobre mis asañas, quisa me conozcan, mi nombre es Sherlock Holmes.
Sáb Jun 14, 2014 10:54 pm por 
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woooow
me encantoooooo 
